Prevención
Detectar a tiempo puede cambiarlo todo.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) no aparecen de un día para el otro. Se gestan lentamente, en el silencio, muchas veces bajo conductas que pasan desapercibidas o se confunden con hábitos “saludables”. Por eso, la detección temprana es una herramienta clave para evitar que la enfermedad avance.
La prevención comienza en el hogar, en las escuelas, en los espacios de confianza. Una convivencia familiar sana, con comunicación clara, afecto genuino y respeto por los roles, puede ser un gran factor protector. Pero incluso en los entornos más saludables, los TCA pueden aparecer. Y estar atentos es fundamental.
Señales de Alerta
Si observás uno o varios de estos comportamientos en tu hijo/a, pareja o amigo/a, no los minimices:
Alimentación y cuerpo
- Cambios bruscos en la alimentación o dietas extremas
- Evitación de comidas familiares
- Obsesión por las calorías o “comer sano” de forma rígida
- Uso excesivo de laxantes, diuréticos o “productos adelgazantes”
- Pérdida significativa de peso o peso inestable
- Imagen corporal distorsionada (“me veo gordo/a” aunque no lo esté)
- Uso de ropa holgada para ocultar el cuerpo
Conductas sociales y emocionales
- Cambios de humor frecuentes, irritabilidad o llanto sin motivo aparente
- Aislamiento social, rechazo a reuniones o salidas
- Perfeccionismo excesivo y autoexigencia
- Dificultades para concentrarse o sostener actividades
- Ansiedad o angustia antes y después de comer
Conductas compensatorias y secretas
- Ir al baño inmediatamente después de comer
- Ejercicio físico compulsivo
- Comer en secreto o a escondidas
- Conductas de atracón o restricción seguidas de culpa
Si algo te preocupa, consultá con un especialista. No esperes a que “pase solo”.
En ALUBA - Fundación FUNDALUBA trabajamos no solo en el tratamiento, sino también en la prevención y orientación para familias, docentes y profesionales.